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Tenía cinco años y ya conocía de memoria el catecismo. Todavía no iba a la escuela y no sabía leer, pero todas las tardes acompañada por mi hermana Maria Antonieta, mayor que yo, iba a las clases de catecismo que se impartían en la Iglesia de San Pantaleón, en aquellos tiempos, la única parroquia de Macomer que preparaba a los niños para la primera comunión y la confirmación. Aunque conocía de memoria el catecismo, era demasiado pequeña para recibir los sacramentos por lo que debía esperar todavía algunos años y además tenía que llevar el traje blanco, los guantes, la limosnera y la coronita de flores que había utilizado mi hermana María Antonieta en su confirmación.
Finalmente me llegó el día y llego el momento de elegir a la madrina. No tuve ninguna duda y escogí a Jana Soddu, también ella me había elegido, entre nosotras había surgido un afecto muy profundo que todavía dura. Ella ha sido siempre para mi un punto de referencia: hizo un seguimiento de mis estudios, me preparo para el examen de admisión en las Escuela Normal y me ayudo a convertirme en una profesora experta como ella. De pequeña alguna vez me dio un cachete si me descuidaba en los estudios.
El día de las comuniones y de las confirmaciones, la iglesia de San Pantaleón se transformaba. En la nave central, la mas amplia se alineaban los bancos en los que se sentaban los confirmantes con sus padrinos y sus madrinas. La mía, Jana, era la mas joven y la mas guapa. Tenía quince años era una jovencita y ejercía de madrina de la mas pequeña de las confirmantes.
La iglesia es la construcción mas importante con la que nos encontramos entrando a Macomer por el sur. Construida probablemente en el siglo XVI y dedicada a San Pantaleón, un santo griego que el 30 de mayor de 1627 obró un milagro del que existen documentos y testimonios jurados que se guardan en el archivo parroquial. Esta formada por tres naves la central cubierta por una bóveda de cañón rematada por arcos y sostenida por cuatro arcos en cada parte que se apoyan en pilastras de traquita roja.
En las dos naves laterales están adosadas siete capillas: tres a la izquierda y cuatro a la derecha. En la tercera capilla de la izquierda se conserva un bellísimo Crucifijo, atribuido al artista Miguel Ángel Naccherino , de origen florentino , que trabajó en Nápoles entre los años 1553 al 1622. Una mención especial merece la cuarta capilla de la nave derecha, que incluso a los ojos de un visitante inexperto aparece como un cuerpo extraño a la iglesia. Es la capilla de San Juan. Construída en el 1450 que según algunos estudiosos era la capilla del Castillo de Macomer, englobada en la iglesia de San Pantaleón. Es de estilo gótico tiene una cornisa formada por dos columnas unidas por un arco apuntado. Sobre las columnas estan esculpidos monstruos que cuando era pequeña me daban miedo.