La maestra Ornella era guapísima. Tenía una cara redonda y fresca, labios carnosos, que resaltaban con el color carmesí que renovaba diariamente antes de salir de la escuela, con un rito que se repetía cuando tocaba la campana, entonces sacaba del bolso un espejito rectangular, se miraba un poco, se arreglaba el pelo con las manos y se pintaba los labios.
Tenía por costumbre al finalizar el año escolar llevarnos a los estudiantes a una acampada. El lugar era siempre el mismo: los alrededores de la iglesia destruida de Santa Maria del Socorro. Al aire libre se formaba un griterío de niños que jugaban a pillarse, trepaban por las rocas y se escondían; el interior de la iglesia era siempre un escondite seguro.
La iglesia fue construida probablemente en el siglo XII. Hay noticias de una restauración en el año 1609. Algún anciano sostiene que era la antigua iglesia parroquial. Por Macomer pasaba la antigua calzada romana que unían Cagliari e Porto Torres y parece que esta arteria pasaba justamente entre la iglesia del Socorro y la iglesia de la Virgen de Itria (la iglesita del cementerio); los dos cultos se practicaron en el lugar en el que los monjes ermitaños griegos se habían instalado para ayudar a los caminantes pobres y con necesidades que pasaban de Karalis -Turris,y podernos socorrer sobre todo la estación fría.
La maestra Ornella nos hablaba de los orígenes de la iglesia y nos divertíamos imaginando tiempos remotos en los que los peregrinos venían a tocar a la puerta de la iglesia para que les socorriesen. La iglesia ha sido restaurada recientemente y todos los domingos se celebra misa. Antes era un santuario en el campo, ahora está en el corazón del barrio de S. Maria, que ha surgido en los últimos treinta años como consecuencia de la expansión inmobiliaria.
Actualmente cuenta con 3000 habitantes.
De la iglesia antigua queda el ábside semicircular, el presbiterio levantado en la única nave y parte de la fachada in cantos de traquita clara cortados que termina en un capanario. En la pared de la derecha hace tiempo surgían sos muristenes , pequeños ambientes, en donde los fieles se instalaban durante la novena, los nueve días precedentes al 8 de septiembre..El día de la fiesta una imagen de madera que representa a la Virgen del Socorro recorre las calles y el barrio que lleva su nombre.
El azar ha querido que mi casa en la que vivo actualmente con mi familia este enfrente de la Iglesita y con frecuencia me acuerdo de cuando era pequeña y jugaba entre los escombros y me imaginaba que era un caminante que llegaba de lejos y descansaba de su largo viaje, justo alli. Y quiza sea el recuerdo de aquel juego de niña con mis compañeras de escuela , lo que hace que con motivo de las fiestas de Nuestra Señora del Socorro, recibamos en nuestra casa, en nuestro jardín, a los amigos y conocidos, que de se detienen para festejar ante una mesa llena de casu sardu e sardizza (queso sardo y salchicha) y un buen vaso de vino tinto.