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Roma: la cuna del arte..
Con orgullo suelo repetir una famosa frase en latín: "civis romanae sum". Si bien un refrán dice que "sobre gustos no hay nada escrito", la afirmación de que Roma es una ciudad maravillosa no es una mera opinión personal. De hecho nadie puede dejar de admirar la armonía y la belleza de sus restos arqueológicos, sus fuentes y monumentos.
Son innumerables las obras de arte conservadas, no sólo en los museos, sino en diversos palacios, en las iglesias, las calles, y en tantos otros lugares. Tales obras de arte son tan numerosas que ya no les prestamos atención y, muchas veces, sólo lo hacemos cuando las fotografían los turistas.
Asimismo, Roma es una ciudad con grandes espacios verdes; antiguas villas pertenecientes a familias patricias, cuya antigüedad se remonta, como poco, a los Ss. 18 o 19.
También el clima es agradable: el cielo suele estar sereno, el invierno es apacible, y en verano corre una fresca brisa.

Roma: incomodidades de una antigua e histórica ciudad.
Obviamente no todo es positivo; al contrario, si se considera que Roma es una moderna metrópolis, además de una ciudad museo, se puede decir que los aspectos negativos prevalecen sobre los positivos.
El centro histórico, concebido en épocas remotas, es angosto e inadecuado para las actuales exigencias; el tráfico resulta caótico a causa de los insuficientes transportes públicos; el desarrollo de la red metropolitana es modesto y los aparcamientos escasos; por el contrario aumentan constantemente los coches (cada familia tiene 3 como término medio). También son inadecuados los servicios de interés general y las infraestructuras. Por ejemplo, prácticamente no existen retretes públicos.
Los aspectos negativos de esta ciudad, además de las dificultades objetivas, son imputables también al individualismo y la falta de sentido cívico de algunos de sus habitantes. Muchas personas ignoran y vulneran los derechos del prójimo. Por ejemplo: aparcando en doble fila o en las aceras; lo que provoca, además, grandes incomodidades a los peatones.

Roma: ¿Hay solución para sus problemas?
Desgraciadamente, la solución no es sencilla, dado que en esta ciudad, y en particular en su centro histórico, aparecen restos arqueológicos cada vez que se hace un agujero en el subsuelo; y esto supone la interrupción de las obras por tiempo indefinido. En consecuencia, no me siento capaz de dar una respuesta a la pregunta del examen. No obstante, confirmo y reitero la frase en latín citada al principio.

Orlando Pulimanti