Vivo en el barrio de San Giovanni, donde se encuentra el parque de la Caffarella entre dos calles importantes, la vía Latina y la vía Appia Antica.
El parque era propiedad del segundo rey de Roma, Numa Pompilio, lo atravesaba el río Sacro Almone y, donde ahora se encuentra la Fuente Egeria, se edificó la villa de este rey. El parque es un típico ejemplo del paisaje romano, con bosques, caseríos, ríos, etc. La vía Latina es una de las calles más antiguas del Imperio Romano y es una calle natural; lo que quiere decir que sigue un curso natural a diferencia de la vía Appia que fue construida por ingenieros romanos. En el parque hay muchos restos romanos, como la iglesia de San Urbano y el templo del dios Redicolo; lugar en el que Aníbal decidió retirarse y no marchar sobre Roma. También se conserva un caserío de la Edad Media muy especial llamado La Vaccareggia; todavía habitado por campesinos y pastores que venden queso y riccota.
El territorio es uno de los más fértiles de Roma por causas morfológicas. Todo él es de origen volcánico y, a un metro bajo tierra, todavía existe una capa de basalto que impide la fuga de agua permitiendo que el terreno conserve la humedad y sea apto para el cultivo de hortalizas.
Este hecho fue muy importante durante el Imperio Romano ya que, mientras los granos se importaban de otros países, las verduras se cultivaban en el entorno de Roma. Esta tradición se ha transmitido hasta el medioevo y hasta nuestros días. Por este motivo, el parque no se ha llenado de construcciones y se ha conservado así en los últimos decenios.